Cada uno de nosotros tiene algo que quiere lograr en la vida. Si eres un empresario, tal vez quieras construir un negocio exitoso. ¿Eres un estudiante de segundo año de la universidad? Tal vez te esfuerzas por obtener el promedio requerido para tu especialización. Cuando estás en la secundaria, se trata de entrar a la universidad de tus sueños.
¿Te gustaría saber la fórmula secreta para el éxito en la escuela, en el trabajo y en tu vida personal? Bueno, aquí está (y realmente no es un secreto en absoluto):
Las personas exitosas se fijan metas y desarrollan y mantienen los hábitos necesarios para alcanzarlas.
Metas + Hábitos
Las metas y los hábitos son las dos variables principales en la ecuación del éxito. Mientras que las metas te dan un sentido de dirección y te ayudan a concentrarte, los hábitos efectivos te dan la disciplina mental para alcanzar tus metas. Si falta alguna de las variables, la ecuación del éxito simplemente no tiene sentido. Por el contrario, cuando mejoras tus habilidades para establecer metas y formas buenos hábitos, los niveles de éxito se disparan.
Aquí hay una mirada más cercana a cada variable en la ecuación del éxito.
Metas: El Factor X
Los objetivos son metas definidas conscientemente que te mantienen enfocado en tu visión a largo plazo para el éxito y proporcionan motivación para alcanzarlo. Los objetivos bien definidos identifican un estado final ideal. Los expertos recomiendan establecer objetivos SMART (inteligente) que son:
- Específico: un objetivo efectivo apunta a un área definida para mejorar.
- Mensurable: un objetivo efectivo se cuantifica (o al menos se califica) para que se pueda observar el progreso.
- Alcanzable: un objetivo efectivo es razonable (es decir, los esfuerzos, el tiempo y otros costos para alcanzar el objetivo son aceptables para usted).
- Realista: una meta efectiva representa un objetivo hacia el cual usted está dispuesto y es capaz de trabajar.
- Limitado en el tiempo: un objetivo efectivo especifica cuándo se tomarán las medidas necesarias y cuándo se lograrán los resultados.
Cada objetivo SMART requiere un plan de acción detallado que proporcione el marco para alcanzarlo, incluyendo las tareas específicas que deben ser completadas, el cronograma asociado y los recursos necesarios.
Ejemplo: Como representante de ventas, quieres «tener éxito». Pero eso no es realmente un objetivo en absoluto. Para empezar, es demasiado vago. En su lugar, su objetivo SMART podría ser «Exceder mi presupuesto de ingresos en un mínimo del 10% para el 2020». Su plan de acción podría incluir la tarea de «inscribirse en el Seminario de Habilidades Avanzadas de Ventas antes de la fecha límite de inscripción, con la aprobación de mi gerente de ventas».
Por qué las metas cuentan para alcanzar el éxito
Desglosando las grandes aspiraciones en metas más pequeñas y alcanzables, se puede formular un plan de acción, ¡uno en el que se puede empezar a trabajar inmediatamente! Y la investigación muestra que, cuando se alcanza una meta, aumenta la motivación para trabajar en la visión a largo plazo. Así que, desde una perspectiva psicológica, el establecimiento de objetivos es un factor clave en la fórmula del éxito.
Hábitos: El factor Y
Un hábito es un patrón de comportamiento que se convierte en la respuesta de una persona a una situación. En otras palabras, un hábito es un comportamiento que se realiza sin un pensamiento consciente. Los expertos nos dicen que más del 80% de nuestro comportamiento es inconsciente (por ejemplo, el hábito). Por lo tanto, la fórmula del éxito requiere que no sólo se establezcan objetivos efectivos, sino que se desarrollen y mantengan conscientemente hábitos de apoyo que ayuden a impulsar su logro.
Por qué los hábitos cuentan para lograr el éxito
Algunos hábitos son positivos, como mantenerse organizado en la oficina. Otros son negativos, como posponer cuando es el momento de escribir tu trabajo. Cuando estás bajo estrés, los comportamientos habituales se imponen mucho más intensamente que cuando te sientes calmado y en control. Por lo tanto, al cultivar buenos hábitos y romper los malos, es más probable que te mantengas en el camino correcto para alcanzar tus objetivos cuando las cosas no salen según lo planeado.
Desarrollar un nuevo hábito o romper uno negativo requiere la práctica deliberada y consistente de un nuevo comportamiento en lugar de uno viejo, hasta que el nuevo comportamiento se convierta en su respuesta por defecto. La mayoría de los expertos dicen que toma alrededor de 21 días construir un nuevo hábito o romper uno viejo.
Ejemplo: Como estudiante de primer año de universidad de segundo semestre, te has fijado la meta de alcanzar un índice acumulativo de 3.2 este semestre. Esta meta es realista y alcanzable, considerando que tu índice de notas después del primer semestre en la universidad fue de 3.0. Pero, el semestre pasado, caíste en el hábito de estudiar para los exámenes la noche anterior.
Al crear y mantener mejores hábitos de estudio (por ejemplo, cumplir con un horario de estudio regular, evitar las distracciones mientras se estudia), es más probable que se alcance el objetivo del promedio de notas. Además, si utilizas una calculadora de índice de rendimiento académico cada vez que recibes una calificación en un trabajo, proyecto o examen, puedes controlar tu progreso en el logro de tu objetivo de promedio de rendimiento académico para el semestre. Además, cada vez que el cálculo muestre una tendencia positiva, ¡también aumentará tu motivación para trabajar hacia tu visión a largo plazo de cumplir con los requisitos del índice de rendimiento académico para ser aceptado en la especialización que te propongas!
Resumiendo todo
Cuando se le preguntó acerca de ganar una medalla de plata en las Olimpiadas de Verano de 1968, el atleta estadounidense de atletismo Jim Ryun, dijo: «La motivación [el objetivo] es lo que te hace empezar». El hábito es lo que te hace seguir adelante». No importa lo que se espere conseguir en la vida, la clave del éxito es establecer objetivos efectivos y cultivar los hábitos necesarios para alcanzarlos.